1. Presentación
El mundo del siglo XXI evoluciona rápida y constantemente hacia una economía mundial cada vez más interdependiente, en la que la infraestructura de comunicaciones tiene un papel vital para el desarrollo de las economías nacionales.
Esta realidad fue recogida en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2023 en el que se reconoce que “México vive en una vive en una economía mundial abierta, el antiguo orden bipolar ha desaparecido, la revolución digital ha trastocado las viejas lógicas del comercio y de las relaciones sociales, el grado de integración económica con Estados Unidos es mucho mayor que en 1982 o 1988, en los tiempos previos al Tratado de Libre Comercio”.
Así mismo, en el Plan Nacional de Desarrollo se incluyó al Desarrollo Económico como uno de los Ejes Generales, mediante el cual se pretende detonar el crecimiento, a través de impulsar la reactivación económica, el mercado interno, el empleo y los proyectos regionales, a través de un sector público que fomente la creación de mejores empleos mediante programas sectoriales, proyectos regionales y obras de infraestructura; para lograr este objetivo, sin duda, el papel que desempeña el Sistema Portuario Nacional es preponderante.
Por ello, mejorar la infraestructura portuaria, no solo desde el punto de vista cuantitativo mediante el incremento de las capacidades de recepción, revisión y almacenamiento de mercancías, sino también en los aspectos cualitativos, como son la seguridad, la accesibilidad y la sustentabilidad, ha sido una prioridad de la actual administración, la cual ha indicado como un objetivo estratégico contar con puertos marítimos modernos, eficientes, seguros y competitivos, a fin de incrementar el flujo de mercancías y con ello contribuir al desarrollo económico del país y de las regiones en que estos tienen sus operaciones.
El puerto de Manzanillo tiene una posición de privilegio como puerta de entrada y salida hacia la cuenca del Pacífico, gozando de una gran conectividad por medios de transporte terrestre hacia el centro de México y los Estados Unidos.
Sin embargo, la posición geográfica por sí misma no es suficiente. La pandemia del COVID 19 tuvo entre sus consecuencias la de que las organizaciones replanteen sus estrategias logísticas, trasladando parte de su proceso productivo a un país cercano a sus fronteras con la finalidad de eficientar sus cadenas de suministros -fenómeno conocido como nearshoring– lo que representa a la vez un reto y una oportunidad para México, dada su cercanía con el principal importador del mundo.
En este contexto, se presenta el desafío de acelerar los procesos de mejora de las capacidades del puerto de Manzanillo, tanto en espacios para el atraque de barcos de grandes dimensiones, como en maquinaria de última generación para el desembarco de mercancías y, sobre todo, sistemas inteligentes que permitan la operación eficiente y segura, además de contar con los servicios de almacenamiento, con las especializaciones que se requieran y transferencia multimodal, de tal manera que los usuarios cuenten con servicios portuarios de primera calidad a precios y tiempos competitivos.
En ese sentido, tal como se había delineado en el Programa de Desarrollo Portuario 2007-2030, la ASIPONA Manzanillo tiene que atender a las necesidades de elevar sus índices de conectividad terrestre y marítima, vincular adecuadamente su desarrollo con el de las redes logísticas y de transporte, fortalecer su organización institucional para responder eficazmente a los retos del mercado y hacer más eficiente el flujo documental aduanero y comercial, sin dejar de lado el cumplimiento de los compromisos sociales de coadyuvar a la generación de empleos bien remunerados, contribuir al desarrollo nacional y regional con especial énfasis en la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente, observando en todo tiempo la normatividad para el uso eficiente, transparente y honesto de los recursos públicos.
Al inicio de la actual administración, en 2018, nos encontramos con que el puerto de Manzanillo, junto con el de Lázaro Cárdenas, son los puntales de la costa del Pacífico, no solo por el volumen de mercancías que venían manejando, sino por sus condiciones para el crecimiento en el mediano y largo plazos.
En el caso de Manzanillo, los estudios han indicado que cuenta con una buena situación para atender la demanda actual, pero que en el mediano plazo puede acercarse a la saturación en algunas de sus líneas, además de que es previsible que la demanda de servicios portuarios se incremente a un mayor ritmo, por lo que se hizo necesario redimensionar los objetivos, para responder de mejor manera a las necesidades actuales y potenciar la vocación y la posición geográfica del puerto.
Así, conforme lo dispone el artículo 41 de la Ley de Puertos y en el marco de los Programas Sectoriales de la Marina y de Comunicaciones y Transportes para el periodo 2020-2024, se elaboró el Programa Maestro de Desarrollo Portuario de los Puertos de Manzanillo y Laguna de Cuyutlán (PMDP) para el periodo 2021-2026, en el que se refrendaron la misión y la visión institucionales en estos términos:
Misión: Ser el puerto latinoamericano líder en contenedores en el Océano Pacífico, con infraestructura y operación de clase mundial y sustentable, que enlaza desde México la productiva cadena logística multimodal entre América y Asia.
Visión: Satisfacer con eficiencia, eficacia y calidad, la demanda de infraestructura, servicios portuarios y logística multimodal, facilitando el comercio marítimo internacional en la Cuenca del Pacífico.
En línea con estas consideraciones, en el PMDP se fijaron los siguientes objetivos estratégicos:
- Incrementar la eficiencia y eficacia portuarias, para consolidar a Manzanillo como puerto hub de clase mundial.
- Fomentar el crecimiento sostenible y el desarrollo sustentable del puerto de Manzanillo.
Estrategias:
- Preservar la seguridad de los Puertos de Manzanillo y Laguna de Cuyutlán, para fortalecer la autoridad marítima portuaria.
En el PMDP se estableció que alcanzar los objetivos de los programas sectoriales nos lleva “al desarrollo de la infraestructura de clase mundial con mejores niveles de protección para que México sea líder en el ámbito de las conexiones de los puertos terrestres y marítimos de entrada y salida de mercancías con las redes de transporte internacionales, por lo que identifica la necesidad de contar con infraestructura puntera en los principales puertos de entrada y salida de mercancías internacionales. En consonancia y tomando en cuenta su favorable posición geográfica, a nivel nacional, continental y mundial, de flujos de comercio marítimo, así como sus perspectivas de participación en la red global de puertos y de transporte intermodal, el Puerto de Manzanillo requerirá seguir ampliando y modernizando su infraestructura y servicios portuarios y logísticos en los distintos tipos de carga.”
La presente Memoria Documental se elabora con el propósito de transparentar y sustentar las acciones realizadas durante el desarrollo de la obra pública correspondiente a los años 2018 a 2023 para el desarrollo de la infraestructura portuaria del Puerto de Manzanillo para cumplir con los objetivos estratégicos.
Podemos afirmar con satisfacción que con la colaboración de los distintos órdenes de gobierno y de las entidades privadas que forman parte de la comunidad portuaria, la ASIPONA Manzanillo ha podido avanzar según lo previsto, lo que ha permitido consolidar la posición de liderazgo de este puerto.
Desde luego, el cumplimiento de estos objetivos nos alienta a continuar con las muchas tareas que todavía tenemos pendientes, siempre con la convicción de que el mejoramiento constante de este puerto será fundamental para el desarrollo económico de la región y de México.
Antecedentes
En 1970 se creó la Comisión Nacional Coordinadora de Puertos, integrada de manera tripartita por el gobierno federal, trabajadores portuarios y representantes de los usuarios. De las actividades de esta comisión, y para dar una mayor atención a las justas demandas de los trabajadores y de los usuarios; garantizándole a los primeros, condiciones más favorables de vida y trabajo, y a los segundos, una estructuración adecuada de tarifas, seguridad y protección a las cargas; con base en ello, en 1971 se creó la empresa Servicios Portuarios de Manzanillo, S.A. de C.V. (SEPORMAN).
Dentro de las primeras actividades de esta empresa fue contar con una sola organización de trabajadores, para la ejecución de todas las maniobras, participación de los usuarios en su capital social, la obtención de un adecuado equipamiento portuario, y capacitación al personal para elevar la calidad en la prestación de los servicios, entre otras.
En 1989 se creó el órgano desconcentrado Puertos Mexicanos, que tenía entre sus objetivos principales planear, programar y ejecutar acciones para el desarrollo portuario nacional, proponer la delimitación de los recintos portuarios, construir, ampliar y conservar las obras marítimas portuarias, determinar las especificaciones técnicas del equipo marítimo y portuario y promover y contribuir al equipamiento de los puertos.
Puertos Mexicanos se convirtió, por primera vez en la historia moderna de los puertos, en un órgano capaz de contar con los recursos que se generaban en los mismos, ya que era quien recaudaba los derechos por uso de la infraestructura portuaria (puerto, atraque, muellaje y almacenaje), y a su vez agrupaba a todas las dependencias que tenían relación con los puertos, facilitando así, todos los trámites que tenían que cumplir los usuarios de los puertos.
Las acciones emprendidas por Puertos Mexicanos, dieron pie a la nueva reestructuración de los puertos en nuestro país, la cual se inició en junio de 1993, a raíz de la promulgación de la nueva Ley de Puertos que previó la reestructuración del Sistema Portuario Nacional mediante la creación de la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante y la constitución de las primeras 21 Administraciones Portuarias Integrales, conocidas como API, entre ellas la de Manzanillo.
A partir de que entran en función las API, los puertos de nuestro país se vuelven autosuficientes, ya que los recursos que estos generan se quedan en cada uno de los puertos, convirtiéndose los derechos de puerto, atraque, muellaje y almacenaje, en tarifas por uso de infraestructura, lo que permite que los puertos sean más productivos y competitivos.
Así, los puertos no solo se convierten en polos de desarrollo sino en importantes contribuyentes al erario, vía pago de contraprestaciones (por las concesiones otorgadas a las API’S), impuestos y capitalización de utilidades.
Con motivo de la reestructuración de los puertos, y con base en el nuevo ordenamiento jurídico, en diciembre de 1993 se constituyó la API de Manzanillo, iniciando operaciones a partir del 2 de febrero de 1994, contando con su Título de Concesión, para la Administración Integral del Recinto Portuario de Manzanillo, así como la autorización para administrar el recinto fiscalizado, y la correspondiente autorización de tarifas por el uso de infraestructura.
Entre los aspectos a destacar del Título de Concesión de la API estaban la posibilidad de ceder, mediante licitación pública, instalaciones, terminales, o áreas para el establecimiento de nuevas instalaciones especializadas, así como el otorgamiento de contratos para la prestación de servicios portuarios, mediante el establecimiento de reglas claras, que permitieran la libre competencia.
En esa etapa, la API de Manzanillo, inició un proceso de privatización de terminales, instalaciones y de prestación de servicios, por virtud del cual fueron cedidas por primera vez a inversionistas privados, la Terminal Especializada de Contenedores, la Instalación de usos Múltiples No. 1, y el Servicio de Remolque, entre otros.
En diciembre de 2020 llevó a cabo una importante reforma, por la que se determinó que a la Secretaría de Marina, como dependencia del Ejecutivo Federal, le corresponde administrar los puertos centralizados y coordinar los de la administración paraestatal.
En consonancia con esa reforma, el el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, en ejercicio de la facultad que le confiere el artículo 48 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal agrupó al sector coordinado por la Secretaría de Marina, las Empresas de Participación Estatal Mayoritarias denominadas Administraciones Portuarias Integrales, Sociedades Anónimas de Capital Variable, que se enlistan en referido instrumento jurídico y el 21 de junio de 2021, la totalidad de las acciones de cada una de las Administraciones Portuarias Integrales, en Asamblea General Extraordinaria y por unanimidad de votos aprobaron el cambio de razón social de dichas Empresas de Participación Estatal Mayoritarias, como Administraciones del Sistema Portuario Nacional, Sociedades Anónimas de Capital Variable, conocidas ahora por sus siglas como ASIPONA.
A la fecha todos los servicios que actualmente se prestan por entidades privadas dentro del recinto portuario, lo que implica un beneficio para todos sus clientes, ya que se ha logrado una sana competencia, en cuanto a la promoción de tarifas se refiere, con piso parejo para todos los participantes. De igual forma, se continúa trabajando en la atracción de nuevas inversiones privadas para el puerto de Manzanillo, así como una mayor inversión pública, con recursos propios de la ASIPONA, para la construcción, mantenimiento y mejora de la infraestructura portuaria.